Actualmente existen diversos enfoques y disciplinas que buscan mantener e incrementar el bienestar general, sin embargo en algunos casos resulta necesario iniciar un tratamiento profesional que nos ayude a entender y modificar ciertas emociones o conductas que nos resultan agobiantes.
Es muy probable que en un inicio la idea de acudir a psicoterapia te resulte inquietante y llegues a mostrarte reacio a solicitar ayuda. Esto es muy común en nuestra sociedad ya que la idea concebida sobre los servicios que contemplan la salud mental se ha relacionado erróneamente con mitos sobre la locura. Claro está que llevar a cabo un proceso psicoterapéutico NO quiere decir que estés "perdiendo la razón".
Se recomienda acudir a terapia psicológica cuando se identifica un problema que supera los medios para solucionarlo, que impide vivir y experimentar bienestar y que por lo tanto ocasiona malestar y sufrimiento. Es importante considerar que existen resistencias inconscientes que bloquean nuestras acciones por más que las propongamos, de esta forma a veces resulta difícil lograr un cambio sin un acompañamiento adecuado.
Los motivos para acudir con un psicoterapeuta son variables; pueden ir desde el deseo de cambio o trabajo en sí mismo hasta la presencia de una dificultad personal manifestada en ansiedad, agobio, falta de voluntad, falta de deseo. Asimismo se recomienda al atravesar por una situación dolorosa como resulta una enfermedad, una pérdida, un trauma o separación y por dificultades en las relaciones interpersonales como problemas de pareja o en el trabajo, por mencionar algunas.
Ahora bien, una vez tomada la decisión de acudir a psicoterapia, surge la primera interrogante: ¿Cómo elegir al psicoterapeuta?
Después de comprobar la certificación requerida, la mejor manera de elegirlo es acudiendo a una primera consulta y evaluar si te sientes cómodo y en confianza con el terapeuta. Este encuentro puede evaluarse en primer lugar a partir del sentimiento de encontrarse frente a alguien que comprende el sufrimiento que uno experimenta, y que sabrá ayudar a eliminarlo. Es importante que te sientas cómodo y en confianza en este encuentro, de ello dependerán los resultados que se puedan alcanzar.
Es necesario que consideres que el proceso terapéutico requiere de constancia y disposición, por lo que no basta con un encuentro o un par de encuentros para que puedas ver reflejado un avance significativo; éste irá al ritmo de los descubrimientos que vayas efectuando en cada sesión.
El principal motor en un proceso de psicoterapia es el deseo e interés de cambiar algunas cosas en la vida. Si este deseo no existe, en forma de inquietud, interés, etc., el trabajo puede verse muy limitado. El reto de una terapia es buscar formas nuevas para disolver los bloqueos que impiden el cambio hacia la mejoría; al solicitar apoyo habrás logrado el primer paso para ello.