La psicoterapia es un proceso terapéutico llevado a cabo entre un profesional calificado (psicoterapeuta) y aquella persona (paciente) que requiere ayuda para el alivio de los síntomas que le producen un grado de sufrimiento importante. Se basa en distintas teorías psicológicas y tiene como objetivo la resolución de nuestros problemas y dificultades a través de la comprensión de nuestro mundo interno (pensamientos, emociones, sentimientos, sueños, fantasías) en relación con las circunstancias que nos rodean.
Algunas experiencias pasadas que resultaron dolorosas y difíciles pueden afectar el modo en que nos comportamos y nos relacionamos en el presente. La psicoterapia proporciona un lugar seguro y confidencial para hablar de dichas experiencias así como de las dificultades emocionales que identificamos y sus causas.
Si bien existen diversos tipos de terapias de muy corta duración, en general la meta no radica en ofrecer soluciones rápidas, sino un cambio gradual y sostenido del modo en que nos relacionamos con los demás e interpretamos la vida. Esto conlleva a un aumento en nuestro bienestar general y a una mayor capacidad para afrontar las diversas e inevitables dificultades por las que todos atravesamos.
La psicoterapia parte de la idea que para resolver nuestros problemas psicológicos y disminuir nuestro sufrimiento, debemos comprender sus raíces, sus causas, las cuales sólo son parcialmente conocidas por nosotros. El terapeuta ayudará a descubrir causas más desconocidas o inconscientes partiendo de la voluntad del paciente para lograr revelarlas.
Así, la psicoterapia proporciona orden al caos facilitando la comprensión de ideas y acciones que habían sido confusas. Conduce a cierto alivio al capacitar a la persona para afrontar ansiedades y tensiones que habían sido evitadas. Conduce a nuevas oportunidades para aprender modos diferentes de pensar, sentir y actuar. En definitiva, provoca que la sensación de malestar progresivamente vaya dejando paso a la de dominio y control personal.